¿FUNDÓ EL CONDE DE ARANDA LA MASONERÍA
EN ESPAÑA?
Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, X conde de Aranda, dos veces grande de España de
primera clase, nació el 1 de agosto de 1719 y fallecería a los 79 años
de edad, el 9 de enero de 1798.
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Pedro Pablo Abarca
(1719-1798) X Conde de Aranda, Presidente del Consejo de Castilla
(1766-1773) y Secretario de Estado de Carlos IV (1792) |
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Entre los capítulos de su
vida puesta al servicio de cuatro reyes: Felipe V, Fernando VI, Carlos
III y Carlos IV, resulta difícil establecer una escala de valores que
dé la medida exacta de este aragonés que llegó a ser el capitán
general más joven de Carlos III, y que, al margen de sus campañas
militares en Italia, alcanzó entre otras metas la de embajador en
Portugal (1755-56), director general de Artillería e Ingenieros
(1756-58), embajador en Polonia (1760-62), general en jefe del
Ejército invasor de Portugal (1762-63), presidente del Alto Tribunal
Militar que juzgó la pérdida de La Habana (1764), capitán general y
virrey de Valencia (1764-1766), presidente del Consejo de Castilla y
capitán general de Castilla (1766-1773), embajador y ministro
plenipotenciario en París (1773-1787) y finalmente secretario interino
de Estado o primer ministro de Carlos IV (1792), para luego continuar
como consejero de Estado (1793-94). Reinando ya Fernando VI, fue
nombrado mariscal de Campo (abril 1747). El 28 de mayo de 1755,
Aranda, que sólo contaba 36 años de edad, era ascendido a teniente
general. Y el 3 de abril de 1763 -tenía entonces 43 años- alcanzó la
máxima jerarquía; el grado de capitán general del Ejército español.
Este extraordinario palmarés político-militar, podríamos completarlo
con sus honores, preeminencias y sus 23 títulos nobiliarios.
Respecto a si Aranda era o no
masón, si fundó o no el Grande Oriente Español, en primer lugar hay
que constatar la poca unanimidad y las constantes contradicciones
existentes entre los que de una forma u otra se han ocupado de
"historiar" la masonería española. De ellos sólo cabe destacar el
uso del tópico fácil, la total ausencia de pruebas, la transposición de
ideologías, y en última instancia el desconocimiento, no ya de la
historia masónica, sino en algunos casos incluso de la española. Así,
por ejemplo, cuando se estudia
una figura tan clave como Carlos III, el único rey europeo del que
quizás se conservan más testimonios autógrafos de su pensamiento
antimasónico, tanto durante los 25 años de su estancia y reinado de
Nápoles, como después en los 29 años en que fue rey de España.
Califica una y otra vez a la masonería en su correspondencia privada
como ese "gravísimo negocio o perniciosa secta".
Entre los colaboradores
masónicos de Carlos III suelen citarse Esquilache, Wall, Campomanes,
Miguel de la Nava, Jovellanos, Pedro del Río, Valle Salazar, Roda,
Olavide, el duque de Alba, y de un modo especial el conde de Aranda.
La cuestión de la iniciación
de Aranda al Gran Arquitecto del Universo fue planteada por primera
vez por Vicente de la Fuente, en 1874, si bien no se atrevió a tomar
partido. Al año siguiente, una comunicación dirigida por el Grande
Oriente de España al mundo masón, reproducida por Deschamps reveló que
Aranda había sido uno de los miembros más celosos de la Masonería y
además su primer Gran Maestre en España.
Morayta, al que su calidad de
Gran Maestre hace que se le suponga enterado de los secretos de la
Orden, dice,"que "el conde de Aranda ejerció el cargo de gran
comendador votado al constituirse en 1760, en una reunión de
representantes de logias, el Gran Oriente español. Las logias que
hasta entonces vivían auspiciadas por Inglaterra, afirmaron en aquel
día su independencia, su nacionalidad". Lo mismo repiten Eguía,
Suárez-Guillén, Reig, Tirado y Rojas, Carlavilla y tantos otros que se
han ocupado de la masonería española desde dentro o desde fuera. •Lo
que por lo visto no sabía Morayta, y por supuesto tampoco los que
después de él le han copiado con una total ausencia de crítica
histórica, es que en primer lugar Aranda precisamente ese año, el de
1760, estaba de embajador en Polonia; y en segundo lugar, que los
Grandes Orientes nacieron a la vida francmasónica en 1773, al ser
nombrado el duque de Chartres Gran Maestre de la masonería francesa,
que dejó de llamarse Gran Logia Nacional de Francia, tomando el de
Grande Oriente Nacional de Francia.
Sin embargo, es más frecuente
dar como fecha de la fundación de la primera Gran Logia Española por
Aranda el año 1767, año en que fueron expulsados los jesuitas de
España.
Pero la logia "Tres flores de lys", más conocida por "La Matritense", única logia española, si
excluimos las inglesas de Gibraltar y Menorca, que figuraba en las
listas oficiales de la Gran Logia de Inglaterra, fue borrada de esas
listas precisamente el 27 de enero de 1768, simplemente por el hecho
de que hacía ya mucho tiempo que no daba señales de vida.
Frente a quienes aseguran que
el conde de Aranda fundó el Gran Oriente de España en 1780, hay que
indicar que tampoco esto es cierto pues precisamente el año 1780, al
igual que ocurrió en 1776, 1777 y1779, el conde de Aranda no estaba en
España. Todas esas fechas coinciden con su estancia en París como
embajador español, donde permaneció desde agosto de 1773 hasta 1787.
Y si como tantos autores
afirman, Aranda fue iniciado en París importando a su regreso la
reforma francesa del Grande Oriente, lo cierto es que no hay la menor
alusión o referencia a la iniciación masónica de Aranda en los
archivos del Grande Oriente de Francia.
En resumen, que todas las
noticias dadas hasta ahora sobre la masonería del conde de Aranda,
aparte de no contar con una sola prueba, ni siquiera ofrecen un mínimo
de certeza, ya que todas ellas son confusas y contradictorias, cuando
no claramente falsas.
Extractado de: José
Antonio Ferrer Benimeli, “El conde de Aranda, ese gran desconocido”,
en Argensola, Revista de Ciencias Sociales del Instituto de Estudios
Altoaragoneses, 71-78 (1971-1974), pp. 23-52.
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